— Sigues enfadada.
— Y tú sigues sin sentirlo.
— Sigo manteniendo lo que dije. ¿Quieres que te mienta?
— No, quiero que te lo vuelvas a pensar y llegues a la conclusión correcta — respondo, pero se ríe. Tengo que dejarlo pasar, no tiene sentido intentar dictar a Gale lo que debe pensar. Además, para ser sincera, ésa es una de las razones por las que confío en él.
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